martes, 23 de abril de 2013

¿Con qué sentimientos se maquilla un payaso?

Cuando los truenos retumbaron imponentes sobre su cabeza, a Henry se le pasó por la mente un pensamiento que lo atormentaba siempre que salía del circo. Llevaba 23 años siendo payaso y vivía entre tantas sonrisas y maquillajes, que había olvidado por completo cómo se lloraba. Mientras recordaba aquello, Clarisse a su lado sacó un viejo paraguas amarillo. Henry logró atraparla con la mirada en el cielo gris, antes de que ella girara levemente el rostro y él volviera a clavar su vista en el pavimento del puente, esquivando cualquier contacto.
-¿Por qué sigues aquí, a mí lado?-le preguntó luego de unos cuantos pasos llenos de duda.-Porque si me voy no volveré a verte nunca más.
-Entonces... ¿seguiré viéndote?
-A veces las lágrimas me impiden verte-sentenció ella.

En ese momento, el cielo rompió la gruesa capa de nubes y las miles de gotas comenzaron a inundar de a poco cada parte del puente. Algunas cayeron sobre el asfalto, otras rebotaron encima del paraguas de Clarisse y las últimas acertaron de lleno en el rostro de Henry, haciendo que el maquillaje se removiera y corriera por sus mejillas.

Premios y mamuts.

-¿Al fin qué, ganaron o perdieron?
-Nada.
-¿Nada qué, guevón?
-Pues que nada, que llegamos allá, echamos un ojo y nos confiamos. Lo único que vimos fue un man grandote con una chaqueta que lo hacía ver como un mamut y a una pelaita flaquita en un vestido verde.
-¿y? Nada que me respondés.
-Si pillás, vas entendiendo, nada, nada. Dame uno de esos cigarros.
-Deja de mamar gallo. Minimo es por eso que no respondés, porque perdieron por andar mamando gallo.
-Ya que no me diste el cigarro, entonces pásame el telefono. Ya el Tronco debería haber llegado. No te sentés ahí, pásame el telefono.
-¿Pa qué? Ese man ni debe estar en la casa. Más bien decime, ¿ganaron o no?
-¿Aló, Tronco? ¿no? Ah, buenas mija. ¿Hace rato salió o qué? Gracias, si sabe algo le dice que lo estoy buscando. Si, sí, el mismo, le dice que lo estamos esperando.
-Qué mania la ese man de andar sin celular. Y la tuya de joder tanto la vida. A ver, entonces qué, ¿ganaron o no?
-Andá abrí, parece que ya llegó este man. Ahora si podemos largarnos. Y pa que dejés de joder, el texto decía: "Un niño y una niña de 11 años hablando en un bus: -Mirá, eso que está se ve allá parece un elefante convirtiendose en culebra. -Yo no veo nada -¿Ya tan rápido se te murió la imaginación?"


-Ya, mano, qué pena la demora. Flaco, ¿bien o qué? Tirate un garro, que está haciendo frio. Esta puta ciudad sigue sin gustarme y ya llevo aquí un par de meses.
-Tomá.
-Guevón, a él si le das ¿no?
-Vos no jodas, que no me has respondido un culo. ¿El mamut o el vestido?
-Ya no importa.
-Claro que importa imbécil, ¿a quién crees que tenemos seguir hoy?
-¿Mamut o vestido? Ya se les corrió la teja.
-Sí, parce, así de simple. O nos llevamos el premio gordo, o nos morimos de hambre. Pero a alguien perseguimos.
-AHhh el milloncito. Yo si decía que tenian que estar hablando de vainas importantes y no mamando gallo.
-¿Si pillás? Hasta el Tronco sabe que andás mamando gallo. Perdieron, ¿no? Desembuchá rápido mientras este man se termina de fumar eso y nos vamos.
-Nojodas. Ya te dije. Nada. Ni mierda. Ni elefante ni culebra ni mamut. Ni siquiera vestidito. Lo que hay es plata. Un millón de pesos. Ganamos. Es lo unico que importa. Nada más. Nada.