miércoles, 2 de noviembre de 2011

Cuento en cuatro (4)

Dos gotas que resbalaban por la sucia baldosa, terminaron su vida en el suelo del baño mientras Gio tocaba la puerta, afuera.
Tenía llaves, pero la costumbre era mayor. Sue salió envuelta en una toalla, con mala cara por la interrupción y de camino a la puerta, miró el reloj en la pared: 6:22am.
La barba tupida y las gafas mantenían la cara de asco de Gio, quien luego de intentar una sonrisa forzada, solo caminó, pasó al lado de su mujer, y deteniéndose unos dos pasos detrás de ella, separó los labios para hablar.
-Ahí, sobre el mesón está la foto, tiene el marco roto. Hace nada que me levanté la vi así, ¿sabes algo?- Sue fue la primera en pronunciar palabra
Gio la miró, luego miró la foto y volvió a los cabellos mojados y enredados de ella.
-Quizá se quiso caer, como todo por aquí...-Sonrió tan irónicamente que ella, molesta, se giró y sin dedicarle palabra, tomó rumbo a su habitación.
Levantó entre dos de sus dedos los pedazos de vidrio y los restos de foto que quedaban sobre el mesón. Al mismo tiempo que una pequeña gota de sangre emanaba de su dedo cortado, las marcas de lápiz labial resplandecían en una esquina del marco de madera.
*Volteó y, dejando el marco a un lado, sonrió de nuevo, esta vez de una manera distinta, mientras su mujer, toalla en mano, y figura menuda y blanca, fijaba sus ojos en la sutil gota de sangre, que esta vez, moría en el piso donde comenzaba el juego.