martes, 31 de enero de 2012

Vaiven

No importa cuanto apuestes en este juego, sea mucho o poco, puesto que los dados están cargados.

La muerte me ronda desde niño. Es pequeña, con un olor a lilas y usa un vestido azul. Cuando la vi por primera vez, a los 8 años, jugaba sola en un parque. Me acerqué y ella me vio, sonrio de la misma manera en que alguien sonrie cuando te conoce de toda la vida, y luego estiró su mano y me ofreció un yoyo. Durante años he jugado con aquel yoyo. de arriba a abajo.

Aquel dia no supe que esa era la muerte.

martes, 10 de enero de 2012

El día de mañana

La asesinó sin miramientos, sin detenerse a pensarlo dos veces. Su cuerpo cayó a un lado de la carretera, con los ojos cerrados, y las lagrimas brotando de éstos. Temía con toda su alma morir, pero la tinta pasó por encima una y otra vez, una y otra vez, una y otra.
El escritor se levantó de su silla, se pasó una mano por la barba tupida y vio de lejos el escrito que acababa de finalizar. Perfecto, pensó, y algo dentro de él se revolcó. Buscó un sobre en el segundo cajón del escritorio, metió allí el escrito y lo marcó como tantos otros había marcado. La experiencia de algunos años en esta labor le había quitado mucha de la ilusión de mandar un nuevo escrito a una editorial, y antes, incluso sentía