sábado, 17 de diciembre de 2011
Cuentos rapidos.
La luz del pequeño aparato llena tus pupilas. Alrededor, todo es oscuridad y brisa. Por la puerta a tu lado las corrientes de aire nocturno se deslizan, haciendo que tu piel se erice a cada roce. No te importa, solo te concentras en la pantalla. Tus ojos se fijan únicamente en las letras y las imagenes, y sin que te des cuenta algo cae al balcón. Negro, de plumas o pelos, quien sabe; Giras un poco la cabeza, presintiendo que hay algo. Entre las sombras se sigue escondiendo. Agazapado espera que gires de nuevo tu cabeza, y te absorba la computadora para sigilosamente deslizarse por detrás del sofá, trepar con sus garras, clavandolas en la tela, y agarrarse a tu nuca.
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